
Palma, viernes 14 de marzo de 2025
Ciclo ‘Antojos’: Punsetes + Peligro!
Los madrileños Punsetes y los locales Peligro! inauguran el ciclo ‘Antojos’ del Club Mutante con una estupenda zurra de rock&roll&indie&pop&punk lamentablemente inconclusa porque a la Policía Local se le antojó interrumpirla
Por Víctor M. Conejo
Marina Rueda (ver galería)
«Verano de mierda / y he acabado con todas las cervezas» cantan Peligro! en uno de los doce temazos que integran su más reciente álbum Los malos mueren. La nueva formación del power trio salió a escena de la única manera que sabe o quiere hacerlo, que es con intención de apabullar por cancionacas, sonido y actitud. La zurra musical empezó guapamente con sonido nítidamente guarro, como le toca a cualquier sala de música en directo con voluntad underground. Abarrotada desde el inicio, como le toca a cualquier ciudad de buena voluntad.
Esther Oller (voz y guitarra), secundada en el cargador por Jordi Mulet (bajo, coros) y Miquel Marquet (batería, coros), andaban finos y filipinos, se diría que más o menos a un 108,3 % de las posibilidades de su motor. Como dicen los vivos y los buenos, otra bandaza local dando directazos; como dicen los malos y los muertos, en Mallorca nunca pasa nada ni nadie.
«Que no pase un día sin que des tu opinión de mierda», cantan los madrileños Punsetes. La veterana y ultravigente banda de Ariadna Paniagua (voz), Jorge García (guitarra), Chema González (batería), Manuel Sánchez ‘Antonna’ (guitarra) y Luis Fernández (bajo) venía con su gira veinte aniversario, titulada con su inspirada sagacidad habitual «¡Que le den por culo a tus amigos!». A tal efecto declaraban en entrevista reciente «si nos hubieran dicho que íbamos a durar veinte años habríamos salido corriendo», y es justo y necesario señalar que el público local respondió a dichos titulares como debía: corriendo por ir a verles.
Es bien sabido que la jerarquía en el escenario de Punsetes empieza en la presencia de Paniagua, y no hubo novedad: hieratismo imponente y estilismo hipercreativo. La personalidad de esta mujer fascinante lo reina todo, la evidencia estaría en que lo que se ve como desdén en otros (por ejemplo J de Los Planetas), en ella siempre se ha interpretado como personalidad acendrada. A partir de ahí, el combo estuvo en su faceta más apunkada, a menudo sonando descabalgados (que no desaliñados), es decir, sencilla y honestamente reales.
Las dos bandas repartieron muy buena mierda. El concierto fue más indie que el indie (actual), hasta que a las 23:30 h. de la noche de un viernes, en una sala con los papeles y las condiciones y las medidas y las voluntades en regla, la Policía Local decidió que aquello era un exceso. Si ya no hay que discutir que el exceso es tan lógico, vital, verdadero y necesario como la mesura, menos hay que argumentar que no era la mejor manera, ni la más racional, ni la más cívica clausurar una actuación en directo, obligar súbitamente a parar y acabar un concierto al que, según reveló la organización, le quedaban escasos quince minutos.
Vídeo: instantes en los que Punsetes interrumpen definitivamente su concierto y bajan del escenario por orden de la Policía Local.












































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